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lunes, 8 de octubre de 2012

Sobrasada Ibérica de la Buena: Viaje al centro de la Tierra



Una vez más vuelvo a hablaros de la Edad de Oro del software español. Tras Satan de Dinamic y Gonzzalezz de Opera Soft, hoy tocamos otra mítica compañía que forjó a base de grandes juegos la leyenda del software patrio: Topo Soft.
Desde El Rastro de Madrid para el Mundo. Así comenzó todo para Javier Cano y Emilio Martínez. Con Map Game, su primera producción, se paseaban por tan pintoresco paraje madrileño vendiendo cual meretriz el fruto de su arduo trabajo. Afortunadamente un representante de Erbé Sofware se percató de su talento y surgió el amor a primera vista. Así nació su primer éxito en 1986: Las Tres Luces de Glaurung.

El juego, un plataformas, fue un total éxito e incluso se lanzó en Europa de la mano de Melbourne House bajo el nombre de Conquestador. Tal fue su repercusión que sirvió para que la mismísima Dinamic se diese cuenta de que no eran ellos solos los que movían el cotarro en España. Finalmente Cano y Martínez decidieron fundar Topo Soft. El resto es Historia.


Pero hoy os vamos a hablar de uno de los juegos más ambiciosos de Topo y puede que toda la Edad de Oro. Ya tendremos tiempo más adelante de meternos de lleno con la compañía o con tan dorada época. Señoras y señores, con ustedes Viaje al centro de la Tierra.

Imaginaros la situación. Era el año 1989 y los ordenadores de 8 bits estaban totalmente asentados y eran capaces de transmitir sensaciones nunca imaginadas. Algunos de los títulos lanzados para estas computadoras, pese a estar desarrollados por un equipo de personas muy reducido, podían llegar a ser realmente complejos. Dentro de este grupo podríamos emplazar al título que nos ocupa.



El tomar como punto de partida una novela del mismísimo Julio Verne (1828-1905) no sé muy bien si era una garantía o un hándicap. El famoso escritor francés es conocido como uno de los padres de la ciencia ficción gracias precisamente a la riqueza de sus novelas y a su desbordante imaginación. Viaje al centro de la Tierra no es a priori el más adaptable de sus títulos como videojuego de acción.
Pensemos en otros trabajos suyos como 20000 leguas de viaje submarino, La esfinge de los hielos o incluso Miguel Strogoff bajo un prisma gamer. Seguramente serían más adecuados a la hora de sugerir un gameplay o una serie de situaciones acorde a las cualidades que deben converger en el espíritu de un videojuego para ser divertido al tiempo que se mantiene fiel a la obra que lo inspiró… ¿Cierto? Pues todos nos equivocamos.


Topo Soft nos regalo un juego redondo y realmente complejo para el año 1989. Uno de los aspectos más curiosos es su división en varios formatos de juego, como era casi costumbre en aquella maravillosa época y ya hemos comentado alguna vez, hasta el punto de que podía hablarse de más de un juego en uno. 

Para empezar el juego nos lanza a la resolución de un puzzle a manos del profesor Linderbroke, el organizador de la posterior expedición. Tras verlo unos segundos completo, debemos mover las piezas hasta colocarlas de manera correcta. Sencillo y rápido, puede llevarnos a confusión al pensar si todo el juego va a ser igual. Nada más lejos de la realidad.

La siguiente fase, la mejor de todas, nos presenta como si de un descenso a los infiernos se tratase, nuestro viaje al centro mismo de la Tierra. Controlando a tres personajes distintos (Linderbroke, su hija y su yerno) deberemos avanzar evitando diversos animales (murciélagos, arañas), nubes de gas tóxico o lava, además de nuestro peor enemigo: las alturas.

Versión Amiga
Caer desde una altura equivocada al calcular mal un salto puede significar la muerte. Personalmente esta fase me encanta, por su extenso mapeado y su ambientación. La colocación de los saltos es magistral y suponen un gran reto. No esperéis un plataformas al uso ya que debemos calcular nuestros pasos y mucho, teniendo incluso que cuidar nuestras provisiones de agua o apagando la lampara para evitar conflictos con las nubes de gas. Realmente complejo aunque ahora suene a chufa.

Para terminar, en la tercera fase nos encontramos con una extensa llanura que debemos recorrer para llegar a la playa y a la seguridad de nuestra balsa y dar por terminada la excursión. Parece sencillo, ¿verdad? Como es lógico no iba a ser tan fácil. En nuestro camino se cruzaran grandes dinosaurios y bestias que debemos de esquivar o derribar a golpe de lanza, aprendiendo sus rutinas de movimiento y así garantizarnos un final feliz digno de la novela de Verne.
Es curioso como en los 8 bits se planteó esta fase con un desplazamiento lateral y armados, mientras que en los 16 bits se usó una vista aérea y se prescindió de cualquier arma.

En cualquier caso Topo Soft echó el resto e hizo gala de una maestría gráfica encomiable regalándonos unos niveles grandes, bien ambientados y muy bonitos e incluso una intro en nuestro viejuno Spectrum. Quizá el aspecto menos cuidado sea el sonoro, simplemente correcto en todas las versiones. Lo que está claro es que nos sorprendieron una vez más poniendo el listón tan alto que nos hacía preguntarnos si los 8 bits de verdad algún día podrían quedarse obsoletos…


Una dificultad exigente pero justa y bien ajustada hicieron el resto. Si el señor Julio Verne viviera Viaje al centro de la Tierra le llenaría de orgullo y seguro que obligaría a sus hijos a jugarlo.

Realmente poco se puede decir que no haya dicho ya. Viaje al centro de la Tierra es un juego que debería ocupar un lugar destacado en la vasta Historia del sector, pese al maremágnum de títulos y compañías que han aportado su granito de arena con el paso de los años.

El juego se lanzó para Spectrum, MSX y Amstrad CPC en mis amados 8 bits, mientras que las emergentes máquinas de 16 bits tuvieron también su merecido Viaje con sendas entregas para Atari ST y Amiga. Lamentablemente nuestro viejo Commodore 64 se quedó sin su parte del pastel pese a estar bastante avanzada su versión. Una lástima.

Versión Spectrum
No me cansaré de decirlo una y mil veces. Todo gamer que se precie de serlo debe conocer la Historia. Menos Pong, Atari o Magnavox Odissey (que me parecen totalmente respetables) y más Zigurat, Ópera Soft, Poogaboo y Capitán Sevilla… En la escuela nos obligan a leer a clásicos como el señor Verne, ¿no? Pues en Retro Gamikia os obligamos a jugarlos.

Artículo publicado en Gamikia el 8 de Septiembre de 2011 (Enlace)

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